txumino: nosotros lo valemos

martes, abril 03, 2007

La belleza de lo simple (No se puede hacer más lento)

Cualquiera puede aprender un truco. Todo es cuestión de práctica hasta que se consigue omitir ese pequeño detalle que da la vuelta a la realidad del que observa el juego de manos. Sin embargo ejecutarlo con clase, refinadamente, es otro cantar. El truco se va desarrollando y no sólo los ojos contemplan maravillados el arte en lo fácil de los movimientos de las manos del artista, sino que también existe un juego en lo escuchado. El gran René Lavand es uno de esos pocos caballeros tahúres que quedan hoy en día. Los entendidos lo llaman maestro, los aprendices lo imitan y lo homenajean. Yo, sencillamente disfruto de un espectáculo delicioso.
(La calidad del video no es nada buena, pero no encontré nada mejor)

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