txumino: nosotros lo valemos

jueves, noviembre 30, 2006

La estética de la oscura elegancia



El fantasma nació como Erik, el hijo de un maestro albañil, en una pequeña ciudad del noroeste de Francia. Escapó muy pronto de la casa de su padre por el horror que suponía su rostro a sus seres cercanos. Durante un tiempo se ganó la vida en ferias y circos en donde, lejos de limitarse a exhibir su monstruosa cara, comenzó a desarrollar sus habilidades acrobáticas y musicales hasta convertirse en un genio alejado de la norma. También se convirtió en un experto ventrílocuo.
Eventualmente, terminó como asesino de la corte e ingeniero personal del Sha de Persia y construyó para él sofisticadas trampas y mecanismos de tortura. Con el tiempo, el Sha receloso de que Erik supiese demasiado decidió acabar con su vida. Él consiguió escapar y volvió a Francia.
Gracias a sus conocimientos arquitectónicos, Erik ayudó a construir la Ópera Garnier de París, bajo la cual se encuentra un lago artificial.
Sin que nadie reparara en ello, Erik se las arregló para construir un laberinto de túneles y pasillos e incluso un hogar para sí mismo donde poder apartarse de la cruel sociedad.
Así pasaba su vida, haciendo crecer la leyenda de que un fantasma recorría los pasillos del teatro, mientras él se dedicaba a escuchar las piezas musicales más bellas jamás creadas. Aterrorizaba a aquellos que se negaban a atender sus peticiones, hasta el punto de ejecutar a algunos incautos desobedientes. De cualquier manera, trataba bien a los que se comportaban de forma leal y obedecían sus órdenes.
Una noche, una joven muchacha llamada Christine Daaé se une al coro de la Ópera y Erik, se enamora perdidamente de ella. Y es aquí donde comienza la triste historia de 'El Fantasma de la Ópera' de Gastón Leroux.