No vuelvas a abrir la caja

Frank Cotton, un hombre joven, violento y ambicioso adquiere una caja china procedente de un bazar oriental dotada de poderes sobrenaturales. Al abrirla, Cotton convoca a unas terribles criaturas procedentes de un infierno fantástico, que le torturan salvajemente hasta acabar con él.
Veinte años después, el hermano de Frank y su mujer se instalan en la vieja casa de Frank. La aparición del espíritu de Frank es el principio de una vorágine de horror en estado puro. Una gota de sangre, vertida casualmente por su hermano sobre el suelo del desván, es el desencadenante de la tragedia. Frank, para poder retomar su antigua forma, necesitará sangre de seres humanos que le proporcionará, secretamente la mujer de su hermano.
He aquí el argumento de una auténtica obra de culto del género de terror de los años ochenta: 'Hellraiser' de Clive Barker.
Aún recuerdo la penetrante mirada que 'Pinhead' me dedicaba desde la funda de su cinta en el estante del videoclub, cada vez que pasaba por el pasillo 'maldito'. Justo a su lado, colocaban otro clásico de culto: 'Scanners' de David Cronenberg, pero de esto ya hablaremos en otra ocasión.
El caso es que el señor Barker hizo recientemente unas declaraciones inquietantes:
"Van a hacer un remake del primer Hellraiser con muchísimo más dinero y me han pedido que la escriba, lo cual voy a hacer, porque si no, escribirán algo que probablemente no me guste"
Odio esta fiebre por los remakes. Casi nunca vale la pena la segunda versión. Hay que dar un castigo ejemplar. Nunca volveré a ir a ver un remake. No me lo creo ni yo. Me muero por verla.
Nos vemos allí.