Ir de Walkabout
Walkabout es un término australiano que se utiliza para expresar la comúnmente extendida creencia de que los Aborígenes Australianos debían 'salir de walkabout' a la temprana edad de 13 años al medio salvaje, y permanecer allí durante seis meses como rito de transición. Con esta práctica, se supone que el individuo debiera encontrar el camino que antes que él tomaron sus ancestros y de este modo, encontrarse a sí mismo y su lugar en el mundo.
Una de las primeras cosas que descubres al emprender el viaje, es que el destino al que te diriges no es tan importante como el viaje en sí, sino que es cada uno de los pasos que das hacia adelante lo que te permite encontrarte contigo mismo.
Yo apenas he dado unos pocos pasos en mi viaje; y no son suficientes como para liberarme de la carga que produce esta sensación de soledad que me ahoga lentamente. Sentirse perdido, desarraigado, es una sensación muy agobiante. Cualquiera que como yo, tenga un sentido de la orientación espacial totalmente atrofiado, se puede hacer una idea de a lo que me refiero: Desconcierta saberse rodeado por un magnífico grupo de gente; personas generosas, cariñosas, sencillas, buenas en todos los sentidos y de las que se podría aprender mucho sobre cómo encarar la vida, y a pesar de todo sentirse absolutamente alejado de ellas; abandonado como un cascarón en mitad del océano a miles de kilómetros de tierra firme en cualquier dirección.
Debido al hecho de que tengo la firme creencia de que este viaje debe hacerse estrictamente sólo y que nadie puede ayudarme a encontrar la dirección correcta hacia la que dirigirme, pasa desapercibido para la mayor parte de la gente que me rodea. Sin embargo confieso que me sorprende cuando unos pocos, sólo uno o dos de todos los que comparten pedazos de sus vidas conmigo descubren algo en mí y me disparan un: "¡Llevas ya varios meses con una pena muy grande en los ojos...!"
Me hace gracia que haya gente con esa cualidad.
Por mi parte, espero saber decidir la dirección correcta de mis pasos. Que nunca me atenace el miedo o la vergüenza a mirar hacia la dirección correcta, y que nunca pierda la esperanza en encontrar un final feliz para mí.
Presiento que este viaje me va a cambiar de una forma muy drástica. Me pregunto qué Álvaro me encontraré cuando llegue a mi destino, y qué pensará éste del Álvaro que empezó a dar los primeros pasos de este viaje.
Inquietante, ¿eh?
Una de las primeras cosas que descubres al emprender el viaje, es que el destino al que te diriges no es tan importante como el viaje en sí, sino que es cada uno de los pasos que das hacia adelante lo que te permite encontrarte contigo mismo.
Yo apenas he dado unos pocos pasos en mi viaje; y no son suficientes como para liberarme de la carga que produce esta sensación de soledad que me ahoga lentamente. Sentirse perdido, desarraigado, es una sensación muy agobiante. Cualquiera que como yo, tenga un sentido de la orientación espacial totalmente atrofiado, se puede hacer una idea de a lo que me refiero: Desconcierta saberse rodeado por un magnífico grupo de gente; personas generosas, cariñosas, sencillas, buenas en todos los sentidos y de las que se podría aprender mucho sobre cómo encarar la vida, y a pesar de todo sentirse absolutamente alejado de ellas; abandonado como un cascarón en mitad del océano a miles de kilómetros de tierra firme en cualquier dirección.
Debido al hecho de que tengo la firme creencia de que este viaje debe hacerse estrictamente sólo y que nadie puede ayudarme a encontrar la dirección correcta hacia la que dirigirme, pasa desapercibido para la mayor parte de la gente que me rodea. Sin embargo confieso que me sorprende cuando unos pocos, sólo uno o dos de todos los que comparten pedazos de sus vidas conmigo descubren algo en mí y me disparan un: "¡Llevas ya varios meses con una pena muy grande en los ojos...!"
Me hace gracia que haya gente con esa cualidad.
Por mi parte, espero saber decidir la dirección correcta de mis pasos. Que nunca me atenace el miedo o la vergüenza a mirar hacia la dirección correcta, y que nunca pierda la esperanza en encontrar un final feliz para mí.
Presiento que este viaje me va a cambiar de una forma muy drástica. Me pregunto qué Álvaro me encontraré cuando llegue a mi destino, y qué pensará éste del Álvaro que empezó a dar los primeros pasos de este viaje.
Inquietante, ¿eh?
posted by krtx at
domingo, junio 08, 2008
1 Comments:
Creo que estás en un punto muy importante donde empieza a detenerse la inercia de la evolución personal "bajo tutela" y te ves en la disyuntiva de acomodarte o seguir tú sólo.
Ya conocemos gente que ha decidido detenerse o seguir enlazando un tren tras otro con la ilusión de que avanzan hacia algún lado, por lo general gente más feliz.
Otros nos hemos bajado de forma abrupta, el tren que ha sido nuestro hogar se ha parado en mitad del desierto, nos plantamos con una maleta e ilusión y vemos cómo se aleja toda nuestra vida en cuestión de segundos... primera ostia: el tren que tanto hemos amado se aleja inmediatamente sin parecer que le importe lo más mínimo que ya no estemos, sin hacer sonar el txiflo ni grandes despedidas.
Y aquí estamos, en pleno desierto por voluntad propia; pasado el shock te pones a caminar con paso firme, ni puta idea de a dónde pero firme, con el tiempo cambias de rumbo varias veces y algo aclaras tus ideas... pero sólo algo, nada de grandes revelaciones que habías imaginado. Cuando ya empiezas a acostumbrarte a tu nuevo estado, cuando tu mirada comienza a perder la vivacidad de antaño para transformarse en languidez y profundidad adquieres la sensibilidad de ver reflejos tuyos en otras personas. Un pequeño alivio te hace ver que en el desierto hay alguna persona... que hay cantidad de personas!!!, pero no puedes sentirte arropado porque tanto el tuyo como el de ellos son caminos en solitario. Quizá puedas saludar educadamente a quien pase a tu lado, pero en el desierto cada uno tiene que salvar su culo; todos tenemos la esperanza de ser quienes encuentren la ansiada ciudad de cristal, otros se acomodarán rendidos en algún oasis perdido donde poder descansar el resto de sus días, y otros muchos no conseguirán salir jamás del desierto.
Como saludo pasajero de uno que se cruza contigo te deseo un buen camino, estás en el desierto así que vete haciéndote a la idea de que los días serán muy calurosos y las noches muy frías... y si hay algo esperándonos está claro que sólo lo encontraremos si vamos a por ello.
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El Chino Blas, at 11:45 a. m.
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