txumino: nosotros lo valemos

domingo, abril 27, 2008

Rifirrafe

El gran Enjuto Mojamuto, y su encuentro con el temido virus 'I Love You'. ¿Podrá su antivirus hacer frente a la amenaza? ¿Quedará el virus impune para campar a sus anchas por el ordenador de Enjuto? ¿Descubriremos por qué 'separado' se escribe todo junto y 'todo junto' se escribe separado? No. Ésto último no. Pero, ¿cómo se desarrollarán los acontecimientos? Sólo hay una forma de averiguarlo...






Y yo ahora me voy a zurrir mierdas con un látigo. Ala.

via Hachemuda

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sábado, abril 19, 2008

Cuando el destino te empuja

De entre todas las formas de vida que se arrastran por la faz de la tierra autodenominándose humanos, a veces se encuentran unos pocos individuos que trascienden de la mera existencia. Esos pocos hombres y mujeres especiales sienten algo en su interior que les dice que han venido a este mundo con un destino ya marcado. Un cruce de coincidencias que tal vez no sean tales, les empujan a ser fruto de esperanza.
Tal vez algunos lo consideren un don. Otros, sin duda lo verán como una maldición. Yo creo que son las dos cosas.



Es un hecho

Al principio no podía creérmelo, pero ver es creer. Un gran amigo mío está totalmente colgado por un personaje famoso. Es alucinante oírle hablar de ella. Sabe todos los detalles de su vida y sinceramente, después de oírlos de su boca, empiezas a sentir un mayor respeto hacia sus sentimientos.
Yo te apoyo querido Percebe pero, ¿por qué me lo has ocultado tantos años? ¿Acaso pensaste que no lo entendería? Acertaste, pero lo respeto. Yo también tengo mis rarezas y tal vez pronto también las desvele en este pequeño blog.
Un abrazo, compañero. Y la cabeza alta, sobretodo la cabeza alta.



En el mercado

El otro día estábamos en el supermercado mi amigo Alberto, mi amigo Ernesto y yo. De repente, Ernesto se da cuenta de que una hermosa mujer le está saludando desde lejos. Él se extraña mucho porque no consigue recordar de qué la conoce, así que nos acercamos los tres y Ernesto le pregunta:
- Perdona, ¿me conoces?

A lo que ella le responde:
- Creo que eres el padre de uno de mis niños.

Alberto y yo nos quedamos helados, pero la mente de Ernesto comienza a viajar hacia el pasado tratando de recordar el fatídico momento, hasta que pasados unos segundos, finalmente dice:
- Ay Dios. ¡Tú eres la stripper de mi despedida de soltero! Lo hicimos en la plataforma con todos mi amigos mirando, incluídos los dos pervertidos aquí presentes, mientras tu compañera me depilaba el culo a la cera y me azotaba, ¿verdad que sí?

Ella le mira muy calmada a los ojos y le responde:
- No. Soy la profesora de mates de tu hijo.



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sábado, abril 12, 2008

El Paradigma del Agua Fría

Un grupo de científicos encerró a cinco monos en una jaula, en cuyo centro colocaron una escalera y, sobre ella, un montón de plátanos.

Cuando uno de los monos subía la escalera para agarrar los plátanos los científicos lanzaban un chorro de agua fría sobre los que se quedaban en el suelo.

Pasado algún tiempo, los monos aprendieron la relación entre la escalera y el agua, de modo que cuando un mono iba a subir la escalera, los otros lo molían a palos.

Después de haberse repetido varias veces la experiencia, ningún mono osaba subir la escalera, a pesar de la tentación de los plátanos.

Entonces, los científicos sustituyeron a uno de los monos por otro nuevo.

Lo primero que hizo el mono novato nada más ver los plátanos fue subir la escalera. Los otros, rápidamente, le bajaron y le pegaron antes de que saliera el agua fría sobre ellos.

Después de algunas palizas, el nuevo integrante del grupo nunca más subió por la escalera.

Un segundo mono fue sustituido, y ocurrió lo mismo con el que entró en su lugar.

El primer sustituido participó con especial entusiasmo en la paliza al nuevo.

Un tercero fue cambiado, y se repitió el suceso.

El cuarto, y finalmente el quinto de los monos originales fueron sustituidos también por otros nuevos.

Los científicos se quedaron con un grupo de cinco monos que, a pesar de no haber recibido nunca una ducha de agua fría, continuaban golpeando a aquél que intentaba llegar hasta los plátanos.

Si fuera posible preguntar a alguno de ellos por qué pegaban con tanto ímpetu al que subía a por los plátanos, con certeza ésta sería la respuesta: «No lo sé. Aquí, las cosas siempre se han hecho así»